domingo, 4 de mayo de 2014

Shakespeare 450

 


El Tiempo.
Por:|5:46 p.m. | 24 de Abril del 2014

Enrique Santos Molano

William Shakespeare es el más grande escritor y el más grande acreedor en la historia humana. ¿Hay alguien que no le deba algo?
Mañana se cumplen cuatrocientos cincuenta años del nacimiento del más grande escritor de todos los tiempos y de todos los lugares. Aunque no está especificado si William Shakespeare nació el día 26 de abril de 1564, o fue esa la fecha de su bautismo, o nació y fue bautizado el mismo día, se ha convenido en conmemorar su aniversario natalicio el día 26 de abril.
Shakespeare vino al mundo hace cuatro siglos y medio en Stratford-upon-Avon, tercer hijo de un próspero comerciante, John Shakespeare, y de Mary Arden. En vida fue reconocido y admirado como poeta, dramaturgo y actor, y sus piezas colmaban las localidades dondequiera que fuesen representadas.
Son incontables las escenificaciones en las tablas que se han hecho de las obras de Shakespeare, a partir de su muerte en 1616, y de películas y versiones de televisión. No existe actor que se considere realizado si falta en su carrera la encarnación de alguno de los complejos personajes de Shakespeare. Con dificultad hubiéramos podido concebir que dos actores de cine, ya consagrados en papeles ajenos al carácter shakesperiano, como Mel Gibson y Al Pacino, pudieran medírseles a dos de los personajes más complicados del universo de Shakespeare. Mel Gibson hizo uno de los mejores Hamlet que se han visto en la pantalla, y Al Pacino nos sorprendió con un Shylock abrumador.
Los grandes directores de cine han asumido el reto de plasmar en el celuloide cualquiera de las piezas de Shakespeare, sus tragedias aterradoras o sus comedias despampanantes. Los textos de Shakespeare tienen la magia de ponerse, por sí mismos, a tono con los tiempos. Con razón dijo de él su contemporáneo, amigo y colega, Ben Jonson, que “William Shakespeare no pertenece a un siglo, sino a la eternidad”.
No obstante la excelencia que puedan alcanzar las representaciones de las obras de Shakespeare, ya sea en teatro, en cine o en televisión, tengo para mí que ninguna brinda el disfrute indescriptible que se siente con el Shakespeare leído. Encerrarse a solas con cualquiera de las ediciones de sus obras completas es una experiencia que enriquece la imaginación a extremos imposibles de lograr con la mera contemplación de una puesta en escena. Pienso que Shakespeare escribió más con la idea de ser leído que de ser representado.
¿William Shakespeare no fue William Shakespeare? Eruditos audaces han trajinado la teoría de que las obras firmadas por Shakespeare fueron escritas en realidad por otros autores. Unos dicen que ‘sir’ Francis Bacon; otros, que Christopher Marlowe, etc., pero no son sino simples especulaciones, sin el menor asidero. La existencia de Shakespeare, y su autoría de las obras que lo inmortalizaron, está probada con solidez por testimonios apodícticos de cuantos lo conocieron, y trabajaron con él, durante el período isabelino en el que se desenvuelve la vida del escritor.
Tampoco tendría importancia a estas alturas. Después de cuatrocientos cincuenta años de existencia, William Shakespeare no puede ser nadie distinto a William Shakespeare, que nació en Inglaterra, y que hace mucho dejó de ser inglés para pertenecer a todas las nacionalidades.
En los días del reinado de la buena Reina Bess (Isabel I) a Shakespeare, famoso y venerado en Inglaterra, se lo conocía poco en el resto de Europa. No fue sino a principios del siglo XVIII cuando Voltaire, en uno de sus viajes a la isla, descubrió a Shakespeare, quedó poseído por la genialidad del autor inglés, se llevó sus obras a Paris y las tradujo al francés. La magia de Shakespeare se apoderó del mundo.
William Shakespeare (1564-26 de abril de 2014, y seguirá) es el más grande escritor y el más grande acreedor en la historia humana. ¿Hay alguien que no le deba algo?
Enrique Santos Molano

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